Chiloé

Al sur del canal de Chacao, el bosque templado lluvioso costero adquiere una identidad propia en la Isla grande de Chiloé. La condición insular acentúa las condiciones oceánicas, que unido a una menor temperatura facilita el desarrollo de un mosaico de bosques y turberas, que la actividad humana ha modelado desde antiguo un paisaje mágico. 

En la vertiente occidental de la isla, las áreas protegidas públicas y privadas mantienen todavía una importante muestra del bosque adulto laurifolio chilote, dominado por el ulmo y el coigue de Chiloé, ya desaparecido en gran parte del archipiélago y reemplazado por densos renovales siempreverdes dominados por el canelo (Drimyswinteri). 

En las alturas de las cordilleras del Piuchéy Pirulilse mantienen extensos bosques de alerce (Fitzroyacupressoides), y en el sur de la isla el ciprés de las Guaitecas (Pilgerodendronuviferum) ocupa extensas áreas de turbera. 

Sus brumosas montañas son el refugio de numerosas especies casi exclusivas de la isla, destacando el zorro de Darwin (Pseudalopexfulvipes), el mamífero carnívoro más amenazado de Chile cuya población no supera los 500 ejemplares, y cuyo habitat se ve amenazado por el incendio, la corta ilegal o la presencia de perros y otros animales domésticos.